Hola César...
Te adjunto en Word una pequeña nota introductoria a tus poemas. Si no te gusta la retocamos..., como quieras. Ya sabes de la relatividad dentro de la interpretación visual. He intentado hacerla desenfadada y un poquito diferente. Ya me dirás.
Es una lástima que haya poemas tan pequeños (en dimensiones que no en calidad). Pienso que hay muy buenas ideas que "necesitarían" una "mejor" presentación. Respecto a las plantas personalmente quitaría las que menos te gusten. No sé..., te digo todo esto con el mayor de los respetos.
Bueno y gracias por tus inmerecidos piropos.
Otro abrazo fraternal.
Eduardo.
TEXTO PARA LOS POEMAS VISUALES DE CÉSAR ESPINO BARROS
Por Eduardo Barbero, Noviembre de 2008
He leído en Internet, animado por el primer poema visual de César Espino, que el anturio es una planta perenne que tiene cientos y cientos de especies, que suele ser roja como la sangre, que tiene gran grosor y que necesita una buena luz pero no directa del sol ya que le quemaría. He leído en Internet que le sientan muy mal las corrientes, los cambios de sitio y de temperatura. Que necesita mucho riego y que no hay que dejar que se enfríe. He leído que tampoco le gusta la acumulación de polvo ya que esto entorpecería su captación de luz y que sus hojas tienen forma de corazón,…sí, sí…, de corazón.¿ No les parecen demasiadas coincidencias con nuestro órgano principal…? Sí, ese mismo del que dicen carecía Ezra Pound, ferviente seguidor de Mussolini y antisemita. Ese mismo corazón que le llevaría a intentar, dentro de aquella generación perdida, a modernizar y conceptualizar la antigua poesía. El mismo corazón que también le llevó a crear su gran obra “Cantos” y en la que no existe ni un triste asomo al racismo y sí una gran celebración al espíritu humano, a esta gran tribu de corazones que, a veces como César con sus poemas visuales, se manifiesta en contra de la violencia de género, en contra de la explotación sexual y nos ofrece “cantos” a la vida a través de mostrarnos su paradójica obra “cenicero de carne y hueso”, su impactante “bonzopoema” o su homenaje crucigramático a estupendos y muy vitales poetas experimentales. Estos poemas visuales que siguen de César Espino están libres de virus y malware, salen del corazón y contribuyen a solucionar, en la medida de lo posible, este gran problema de afasia que padece nuestro planeta, el planeta de los anturios.
cenizas de spam
poemario visual netartístico
online
de César Espino Barros
Siempre me sorprenden los cambios de ritmo de César Espino. Nuestra correspondencia electrónica es bastante frecuente y siempre, o casi siempre, hay una imagen por medio. Ambas estamos bastante convencidos de que las palabras pueden ser engañosas pero que las imágenes son lo que son. Quizás también tengamos en mente la famosa frase que dice que una imagen vale más que mil palabras.
Hasta aquí existe una sintonía entre César Espino y César Reglero. Seguramente los cesares comparten las mismas letras del nombre y algunas del apellido. Estas variaciones son las que me descolocan, …//…a veces, …y otras me subyugan.
La idea que Espino tiene del mundo visual es casi periférica y calidoscópica. Con la misma facilidad que se queda encantado con un jardín tropical, y se recrea y fascina con deleite contemplando la fecundación y germinación del polen, inserta entre planta y planta la vida de Pound o el bazar electrónico de los utensilios imposibles.
Quiero decir con esto que se fascina y se emociona con todo aquello que le rodea y mientras los demás estamos pendiente del semáforo o la llegada del tren de cercanías, él se encuentrat tratando de definir la Ciconia Vicus y explicando que no es diferente del resto de las Ciconiae porque es apenas unos centímetros más grande, de volar pausado. A esto es a lo que yo llamo el cambio de ritmo poético y visual.
Pero no solamente aborda en sus “cenizas de spam” temas tan complejos como el caso de la Ciconia Vicus, sino que también explica con detalle del porque el ser humano puede llegar a una situación de desconexión con la realidad o el error 404.
En cualquier caso, podríamos decir que tiene bien claro que todo este proceso complejo en su forma de entender el mundo bien merece una “ventana para llorar” y los códigos necesarios para entablar contacto con el “safe sex” de su autoría son una forma de compensación.
En este vaivén poético y visual, realista, surrealista y figurado, no debemos olvidar que también toca temas muy serios como puede ser la explotación infantil o la violencia de género. Y los toca con tanta intensidad que sin duda siente de nuevo la necesidad del cambio de ritmo como una manera de alcanzar un estado ánimico adecuado para poder seguir funcionando con eficacia y sin perder por ello el amor a la vida.
César reglero
Noviembre 2008
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